martes, diciembre 26, 2006

Una increíble y perpetua monarquía argentina

Estimado Marcelo:
Los ciudadanos de San Luis que mantenemos una confrontación permanente contra el feudo de la familia que nos gobierna desde 1983, agradecemos su nota y preocupación. La falta de alternancia en el poder, la imposición de una metodología autoritaria y corrupta, han hecho de nuestra provincia un lugar postergado y decadente, que deberá servir como ejemplo a no imitar por el resto de las provincias argentinas.

Tomo el párrafo final de su texto, porque me parece que en él está la clave para evitar la continuidad ilimitada de este sistema perverso que nos gobierna, la indiferencia. Es por ello que copio debajo otra nota, publicada en el diario de propiedad de la familia Rodríguez Saá, donde se toman expresiones de un personaje muy conocido y difundido por los medios nacionales Mario "Pacho" O'Donell.
Estos célebres y mediáticos ciudadanos, son los que contribuyen para solventar estos sistemas. Los que posibilitan, junto a los Mariano Grondona y otros comunicadores, que por motivos ideológicos y económicos, blanqueen y justifiquen cualquier comportamiento, por mas repudiable que este sea.

Saludo con atenta consideración, quedo a sus órdenes para cualquier consulta o aporte suponga pueda realizar.

Jorge Fernando Daffra
Diputado Provincial (M.C.)
San Luis
02657 156 46120
jdaffra@infovia.com.ar

Una increíble y perpetua monarquía argentina

Marcelo A. Moreno
mmoreno@clarin.com

Nuestra sociedad suele estar situada bastante más distante de la racionalidad que de la anomalía. De lo contrario no se entiende cómo, por ejemplo, tolera que el ex presidente De la Rúa insista en que no pasó nada de nada en el flagrante escándalo de las coimas en el Senado o que un juez libere a los acusados por la explosión del polvorín de Río Tercero, atribuyendo a la fatalidad las desembozadas maniobras criminales de tráfico de armas.Pero si hay un caso emblemático en el que la enfermedad argentina parece estallar con una perversa panoplia de síntomas contra todo intento de lógica es el de perpetuación de una monarquía en San Luis.Desde luego no son nuevos en nuestras castigadas provincias los regímenes feudales. Hay familias que han señoreado, en pleno siglo XX, de estados provinciales como si se tratara de bienes heredados. Y cuyos apellidos denotan a esas desventuradas sociedades.No obstante dentro de este panorama triste, lo de San Luis es más que especial. Porque los hermanos Rodríguez Saá, con algún pequeño interinato adicto en el medio, se turnan en la gobernación —con previsibles y periódicas bendiciones electorales— desde 1983. En democracia, en suma, los puntanos no han conocido más que más y más administraciones consanguíneas. Y ni qué decir que después de décadas de semejante ejercicio una inmóvil, pétrea, estrictísima pax saadista rige San Luis, en la que resulta utópico ya imaginar a gestos o movimientos que escapen a la aprobación de los hermanos.Anoticiado de la derrota oficialista en Misiones y de los "renunciamientos" más o menos de prepo propiciados desde la Casa Rosada, el hermano Alberto —que sucedió en el reino "al" Adolfo, ex presidente breve y patético de la Nación, el de la sonrisa default— salió a anunciar "una necesidad política e institucional que no admite mayores dilaciones": el fin de la eternidad reelecionista. Sin embargo, desde la oposición que aún queda medio boqueando se interpretó la nueva norma elevada por el hermano Alberto para que sea ley como una forma de perpetuación hasta 2011. Y en San Luis la peor interpretación suele ser la acertada. Es decir, que siempre con la complicidad de la peculiar democracia criolla, la casta saadista proseguirá con su dominio, aproximadamente ad nauseam. Que la sociedad argentina aguante sin escándalo y sin pestañear la eternización de semejante alteración obscena habla más de la gravedad de sus propios males que del desgraciado destino de San Luis.

Clarín.com



INAUGURACION DE LA CASA PROVINCIAL “GOBERNADOR SANTOS ORTIZ”

Mario “Pacho” O’Donnell en Renca y una reivindicación de los caudillos del interior
El escritor, psicoanalista y ex senador nacional Mario “Pacho” O’Donnell expuso un bloque de observaciones sobre los caudillos del interior, que contradice la difundida concepción de la historia oficial sobre ellos y sobre su lucha en contra del centralismo de Buenos Aires.
Fue el jueves en Renca, un pueblo situado a casi 150 kilómetros de la ciudad de San Luis que además, desde ese mismo día, tiene el rango de “ciudad histórica” por la vía de un decreto del Poder Ejecutivo.

“Los caudillos fueron una reacción provincial contra el despotismo porteño”, definió O’Donnell. Antes de su disertación, el gobernador Alberto Rodríguez Saá lo había presentado como un “intelectual, escritor y hombre de buena fe que revela los silencios de la historia argentina”.

Para ser congruente con el lugar y la circunstancia —la inauguración de la Casa Provincial “Gobernador Santos Ortiz”, que será un centro de estudios e investigación histórica— O’Donnell articuló sus axiomas sobre la vida de los hermanos Felipe y Juan Saá, caudillos puntanos del siglo 19.

Al hablar sobre ellos, rememoró su actuación destacada en la decisiva batalla de Pavón dentro del ejército de la Confederación Argentina al mando de Justo José de Urquiza, en contra de las fuerzas de Buenos Aires que lideraba Bartolomé Mitre, aquel militar fundador del diario “La Nación”.

Precisamente, al referirse a Pavón, O’Donnell volvió a ubicar en un cono de sombras a la imprevista retirada de Urquiza, que ayudó a la victoria porteña.
En un camino imaginario de continuidad histórica, el Gobernador de San Luis recordó que Felipe y Juan Saá son parte del árbol genealógico que determinó la formación de la familia Rodríguez Saá.

Sobre el epílogo de esas lides, O’Donnell prometió ocuparse de los protagonistas olvidados en la construcción de la memoria oficial, engendrada centralmente por Mitre y Domingo Faustino Sarmiento: “Los Saá están en una zona de silencio. No se habla de ellos. Pero prometo trabajar para darles el lugar que se merecen”, aseguró.

Caracterizado por sus cejas frondosas y vestido con un saco veraniego color crema, O’Donnell se alegró por su visita a San Luis. Y, en el borde del cierre de su exposición, esbozó una conexión histórica entre la resistencia de las provincias y el desarrollo posterior del movimiento político liderado por Juan Domingo Perón.

“El peronismo debe reivindicar los movimientos anticipatorios de los intereses de los sectores populares y humildes. Los grandes caudillos se hicieron carne de los intereses populares y pagaron por eso”, expuso el escritor. Minutos después, estuvo en el acto en el que fueron homenajeados Adolfo Rodríguez Saá y un grupo de sus colaboradores que, en la debacle argentina de fines de 2001, asumieron el gobierno nacional en forma transitoria.

Diario de LA REPUBLICA - de los Rodríguez Saá -