martes, noviembre 21, 2006

Sesquicentenario : FURIA POPULAR

FURIA POPULAR

Villa Mercedes conmemora por estos días su sesquicentenario, los hechos que hoy vive su población, han producido un malestar tal, que los festejos preparados se han suspendido y la fiesta se ha convertido en enfurecida protesta.

El sábado 18 de noviembre será recordado por la impasible ciudad de Villa Mercedes, como un día trágico.
Para que se entienda como se llega a esta situación límite, habría que reseñar:

- En la ciudad de Villa Mercedes se han cometido (o al menos han sido denunciados) en lo que va del año, una veintena de violaciones a mujeres. La característica del vejamen es el asalto sorpresivo en la calle, sin hora determinada, ni zona preestablecida, aunque el sudeste de la ciudad, sea el radio donde más situaciones se reconocen.

- Desde hace meses el gobierno provincial mantiene una disputa muy fuerte, por diferentes razones con la policía provincial.
El último hecho de enfrentamiento, determinó dejar prescindibles a setenta miembros de la fuerza uniformada.

- En su primer mandato como gobernador, que cumplirá el próximo mayo, Alberto Rodríguez Saá, ha cambiado a tantos ministros responsables de la seguridad y jefes de policía, como tuvo la provincia en los 20 años anteriores.

- El fracaso del Plan de Seguridad Comunitaria instrumentado por este gobernador, profundizó el malestar en la fuerza policial. En San Luis, el nuevo ministro de Seguridad Angel Rafael Ruiz, reconoció que la provincia cuenta con mil ochocientos policías y siete mil miembros de seguridad comunitaria, conocidos como "los chalecos verdes", esto para una población cercana a los cuatrocientos mil habitantes.

- Villa Mercedes tiene una fuerza asignada de aproximadamente 180 policías, si establecemos el régimen de trabajo y de francos, con adicionales, nunca hay más de setenta policías en función para la protección de 130 mil habitantes.

Ante la ineficacia policial para resolver el conflicto, diferentes sectores de la comunidad se fueron movilizando para elevar su protesta, realizando marchas pidiendo por seguridad y por la pronta detención del violador.
El la madrugada del miércoles último, cuando a una mujer se le detuvo la moto que la transportaba, en las cercanías del Barrio ATE II, hizo que la mujer entrara en estado de pánico, al ver que un hombre encapuchado de gran porte intentó violarla forcejeando durante un largo rato. La mujer a los gritos, se defendió con lo que pudo, rasguñando y golpeando con una piedra al agresor. Los sonidos de la pelea alertaron a los vecinos, que en gran número empezaron a agruparse para socorrer a la víctima, esto hizo que el forajido huyera.
La policía cuando llegó, no pudo calmar a la muchedumbre, que comenzó a armarse con lo que encontraban a su paso o traían de sus casas. Palos, cuchillos, y armas de diferente calibre configuraban un grupo dispuesto a terminar con el delincuente. El truhán no fue localizado, pero se presume que no fueron pocos los jóvenes tomando alcohol y fumando marihuana, que capturó la policía esa noche por estar en las inmediaciones, para demostrar su interés de encontrar al violador.

Un nuevo episodio había conmocionado aún más al pueblo, cuando se conoció durante la semana, que en una vivienda a la madrugada, había ingresado un pedófilo, que sin importar la presencia en la casa de la madre y su pareja, ultrajó salvajemente a una nena de 10 años.

El viernes estaba preparada otra marcha, convocada por familiares de víctimas y vecinos autoconvocados, también por un sector de la Facultad local, la F.I.C.E.S.
La plaza San Martín, como en otras oportunidades, era el lugar elegido para la concentración, pero había un dato que hacia presumir que todo no terminaría en calma. Ese mismo día y hora, fue el elegido por los organizadores de la competencia automovilística, un Rally en conmemoración de los 150 años de la fundación de Villa Mercedes.

En forma pacífica unas doscientas personas marcharon por frente la municipalidad y subieron por la rampa montada para la largada simbólica del Rally. Cuando los manifestantes al grito de "justicia, justicia, queremos seguridad", detectaron que se encontraba el ministro de Seguridad Angel Rafael Ruiz, que había concurrido por ser fanático del deporte de los fierros y por tener un auto de colección que orondamente exhibía en el lugar. Se llegaron a donde estaba y rodeándolo, le exigieron explicaciones por la falta de soluciones ante la demanda de protección. El ministro se defendió diciendo que hacía poco que estaba en el cargo y cuando le reprocharon porque no se había interesado el gobierno por las víctimas y los familiares, respondió que él lo había hecho, cuando sorpresivamente le apareció el padre de la nena violada, diciendo: "a mi nadie me visitó, yo a usted nunca lo vi".

El ministro sensiblemente molesto, ordenó la suspensión de la largada desde la rampa, para trasladar a la cuadra anterior la salida de los autos que esperaban sin saber por donde transitar.
Mientras tanto, el periodista Alfredo Salinas, del diario de la República perteneciente a la familia Rodríguez Saá, en forma intrigante, les decía a sus colegas que la protesta se "estaba politizando".
Salinas y otros comunicadores de medios en manos de la familia gobernante, tienen la repugnante misión de hacer de "servicios del poder". Además de la crónica de los hechos que cubren, que serán procesados por el editor de la familia en San Luis, estos infames redactores, deben alcahuetear a sus jefes, quienes son los dirigentes políticos o sociales, (si son opositores) que concurren a éstas manifestaciones, para intentar con ello, empañar cualquier hecho que sea en contra del gobierno.

Entonces: no importará si el acontecimiento merezca la concurrencia de cualquier ciudadano que pida por Salud, Seguridad, Justicia o Educación. Lo importante para ellos, será botonear la presencia "de opositores", para inmediatamente calificar a la protesta: "de política". A esta altura, ya no perciben su salario por la labor periodística que desarrollan, lo hacen como mercenarios propaladores del poder.

El día sábado, la población se encontró con el anuncio: había un detenido que sería el presunto violador de la nena de 10 años, desconociéndose si guardaba relación con las otras violaciones. Desde la policía se dejó trascender que el detenido sería trasladado a las 18,00 horas a Tribunales para que el juez le realizara la indagatoria correspondiente.
Varias radios en directo transmitían el traslado, la gente alertada se empezó a movilizar espontáneamente, querían saber quien era el supuesto violador capturado.
A las 7 de la tarde la concentración frente al edificio del Centro Cívico, donde funcionan los juzgados mercedinos, era cercano al millar de personas. Ciudadanos sin organización alguna, que de todos los barrios concurrían y que pretendían ajusticiar al detenido, antes de conocer si la indagatoria podía establecer su culpabilidad.
Esto fue alertado por el propio juez y la policía, pero la muchedumbre no entendía razones, y aprovechándose de la precaria custodia policial, una veintena de uniformados, invadió el edificio y pedían por el sospechoso.

Hombres y mujeres empezaron a destrozar los enormes vidrios del frente del edificio, también se produjeron roturas al entrar. A un automóvil de la Brigada de Investigaciones se le prendió fuego y el auto del abogado defensor del presunto violador sufrió algunos daños y el propio profesional fue insultado, atemorizado éste, habría desistido ejercer la defensa.

La policía empezó a lanzar gases lacrimógenos en forma brutal, como es ya costumbre en la fuerza, tiraban a mansalva, en forma indiscriminada. La muchedumbre se alejaba para tomar aire, esperar que el humo se disipara y con el aire renovado retornaba con piedras y pedido de justicia.
La gente no dañó ningún comercio o casa de los aledaños, concentró su ira en el edificio judicial.
Por el contrario, los propietarios de algunas vidrieras de comercios dañados, confesaban que temían más por la policía que por la movilización, ya que las roturas sufridas habían sido causadas por las granadas de gases lacrimógenos.
Tan es así, que en la mañana del domingo el propio ministro Ruiz se apersonó a algunos comercios para decirles que le dijeran que daños había causado la fuerza policial para ser reparado por el gobierno. Solicitándoles que se mantuvieran sin realizar declaraciones.

A medianoche se recobró la calma. En Villa Mercedes NO SE HABLA DE OTRA COSA.
El poder político anda buscando responsables con nombre y apellido, no quieren (no pueden) aceptar que el pueblo se rebele por sí mismo, que harto de tantas mentiras y falta de idoneidad, explote y demuestre su bronca.
Temen en definitiva, que en cualquier momento esta calentura acumulada, se vuelva contra ellos.
Expresiones radiales de ciudadanos sin afiliación alguna, manifestaban su malestar por los festejos y desmesurados gastos que se realizan en las fiestas provinciales, exhibiciones y festivales por los 150 años que conmemora la ciudad y por el contrario, no se hagan inversiones en Seguridad y otras cuestiones básicas.

No todo es pan y circo, una tragedia ha sublevado a un pueblo adormecido, haciendo que la cruel realidad, le golpee en lo más sensible.
Mientras el, o los violadores son capturados, el Intendente y su gabinete han dejado trascender la suspensión de la principal fiesta que tiene su pueblo, el de la "Calle Angosta". Todos los festejos por los 150 años de la ciudad están en suspenso y las próximas inauguraciones provinciales, como el Gran Torneo de Golf Internacional que prepara con gran expectativa Alberto Rodríguez Saá, está puesto en duda.

Por estos días, todo en Villa Mercedes lleva el nombre del sesquicentenario:
Plazas, calles, actos, diplomas, canciones, y eventos por doquier se denominan con la cantidad de años que cumple la ciudad. Lamentablemente para sus funcionarios y para todos los habitantes, este año será recordado como el de la furia popular.
Ojalá el hecho trágico sirva para la toma de conciencia de una sociedad, que deberá saber que esta sensación no termina con la aparición del violador.

Que no se puede accionar de manera reaccionaria, por más dolor que se tenga.
Es imprescindible conocer que el autoritarismo procura justificar todo de manera violenta, y no debemos caer en el engaño de su estrategia.

Se trata simplemente, como dice Galeano, de elegir como vivir : "indignado o indigno"

Jorge Fernando Daffra
Diputado Provincial (M.C.)
19 - Noviembre - 2006